miércoles, 22 de enero de 2014

Vos, los celos y yo


-¿Con quién hablabas a las 4:57 am por Whatsapp? Estábamos durmiendo a esa hora…
-(ESPACIO PARA UNA EXPLICACIÓN CREÍBLE QUE LA OTRA PERSONA NO ACEPTARÁ, NI ENTENDERÁ EN LA BREVEDAD)




La respuesta era tan sencilla como ‘Me levanté para ir al baño en mitad de la noche. Vi titilar la lucecita verde del celular y me fijé quién me había escrito unas cuantas horas antes mientras dormía’. 

Pero no, no vamos a creer eso que se contestó de forma rápida y fluida, sin vueltas. NO. Vamos a suponer que alguien está intentando sacarnos de forma piratesca a quien tenemos a nuestro lado, intentando seducirlo con métodos poco convencionales disfrazados de la picardia de la virtualidad.

Preferimos, porque en un margen de nuestra personalidad nos gusta sufrir, enredarnos con historias cuan auriculares adentro de una cartera difíciles de volver a acomodar. Abrimos las puertas de nuestra imaginación y nos convertimos en guionistas amateurs de relatos fundamentados en la duda. Muy alejados de nuestra convincente figura de personas fuertes e inquebrantables, muy cerca de la inseguridad que genera lo desconocido: un sms, un llamado, un nuevo nombre incorporado en la vida de otra persona.

'Soy celoso y me la banco', dijo nunca nadie. Porque celar no está bien visto y padecerlo, mucho menos. Los celos, son inoportunos protagonistas de momentos en donde reinaba la calma, que indefectiblemente iba a estar precedida por la tormenta. Una tormenta de reproches, consultas incómodas y acusaciones indebidas.

Celar y las consecuencias que eso acarrea son pequeños padecimientos a la hora de avanzar en una relación, cualquiera sea su tipo. 

He visto romperse en mil pedazos a las amistades más fuertes, escenas absurdas de celos mediante. Amores que parecían eternos desvanecerse entre la incertidumbre que generaraban las malas interpretaciones. Idas y vueltas de excusas innecesarias.

El dedo señalador, ese que va por la vida al grito de 'Estás en algo raro', mayormente termina expuesto. ¿Será acaso que detrás de esa constante desconfianza esconde un deseo que no puede llevar a cabo? Al fin de cuentas, no hacemos lo que no nos gustaría que nos hagan, ¿no?

UMS

10 comentarios:

  1. Siempre tenes las palabras justas. Bravo.

    ResponderEliminar
  2. Lo ame, las palabras justas para describir como me siento muchas veces, me vi reflejada en tus palabras.

    ResponderEliminar
  3. Este va a camino a ser mi blog de cabecera...

    ResponderEliminar
  4. Hola! Les dejo un posteo de mi blog al que me hizo acordar este. Besos a todos!!
    http://tomateuntedepeperina.blogspot.com.ar/2014/01/mulas.html

    ResponderEliminar
  5. Tal cual...somos lo que pensamos ni siquiera lo que hacemos!

    ResponderEliminar
  6. Te sigo en twitter pero nunca me habia tomado el tiempo de leer el blog. Madre, soltera y celosa! Gracias, ya no me siento bicho raro.

    ResponderEliminar
  7. Primera vez que te leo, y me gusto mucho! Seguiré visitandote!!

    ResponderEliminar
  8. Genia, las palabras exactas para definir lo indefinible basicamente.

    ResponderEliminar
  9. Lo amé. describe todo lo que se me cruza por la cabeza cada vez que me conecto y leo: "on line"

    ResponderEliminar

Deje su mensaje después de la señal.