"¿A dónde nos vamos de vacaciones, chicas?",
rezaba ese mensaje de Whatsapp que me sumergió en una pesadilla.
¿A dónde? Al Polo Norte, amiga. A algún lugar en el que no
necesite mostrar que durante el invierno me dediqué a darle al chocolate para
calmar la angustia que me genera ver que Rose no deja subir a Jack al pedazo de
madera.
A, no sé, algún país de Medio Oriente en donde no deba
mostrar las piernas, ni la cara, ni nada porque la religión no lo permite.
A un submarino, bien en el fondo del mar.
Al Monte Everest.
A trabajar a un trencito de mala muerte en la Costa así me
tengo que disfrazar de Barney.
Al espacio, en una nave que vuelva a la Tierra recién en
junio del año próximo.
UMS
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deje su mensaje después de la señal.